Las bodas de Canaán

El otro día recordé la historia de Jesucristo y la boda de Canaán, ¡qué bonitas y alegres son las bodas! De esta no trascendió si la novia dió regalito, de qué sabor era la tarta, si le cortaron la corbata y la liga, si hubo puro y tabaco... Lo único que se recuerda es el milagro de convertir el agua en vino. Jesucristo hizo muchos milagros a lo largo de su vida, pero para mi los más importantes fueron la multiplicación de los panes y los peces y convertir el agua en vino.

Al primer milagro, la verdad, no le doy mucho mérito, es fácil: 150 invitados, 2 panes y 3 peces por invitado, total 300 panes y 450 peces. Hombre a lo mejor lo multiplicó de cabeza, sin papel ni lápiz, pero vaya tampoco es para considerarlo como un milagro.

Ahora bien, yo creo que hubo un antes y un después en la vida de Jesucristo: el milagro de convertir el agua en vino. Cómo si no, se explica que un solo hombre consiga que miles de millones de personas le sigan después de 2000 años. Yo me imagino:

- Oye Tobías, ¿te vienes a ver a Jesucristo a oir una de sus parábolas?
- Pues no se Malaquías, es que juegan el Narazet C.F. contra el Sanedrin Team la final de la Caesarons League.
- Como quieras, pero dicen que puede convertir el agua en vino...
- ¿EL AGUA EN VINO? ¡¡¡¡No jodas!!!! Voy a ir al río a llenar una garrafa de 8 litros, y me voy corriendo contigo.

Y claro luego:

- Por que yo soy el que soy y vengo de donde vengo, y mi padre es uno y tres a la vez.
- Vale maestro, lo que tu digas, pero por qué no haces otra vez lo del vinito que no me ha quedado muy claro esa parte...

De todos modos, ahí Jesucristo se jugó el todo por el todo, porque imagínate tú que le sale al revés y convierte el vino en agua, ¡qué cagada!:

- Brindemos por la feliz pareja con este Rioja Gran Reserva que sabe a... ¡¡¡MIERDA!!! ¡¡¡¡si esto es agua!!!!

Lo hubieran crucificado allí mismo vaya, ni paño de Verónica, ni Pilatos ni las tres negaciones de San Pedro, ni Historia.

Pero bueno, al final salió todo bien gracias a Dios.